San Juan Pablo II alocucion en el Monasterio de la Visitacion Paray Le Monial
​
El 5 de octubre de 1986 San Juan Pablo II, realizo un viaje apostolico a Francia. En esta ocasion visito el Monasterio de la Visitacion de Paray le Monial donde en su homilia afirmo las siguientes palabras: “Este es el Corazón que tanto amó a los hombres escatimado nada hasta gastarse y consumarse para testimoniar su amor”. Con emoción, me gustaría dar las gracias por este mensaje recibido y transmitido aquí por Santa Margarita María Alacoque. En su tumba, le pido que ayude a los hombres a descubrir incesantemente el amor del Salvador y dejarse penetrar por él. Demos gracias por el resplandor de este Monasterio, recordando lo que dijo San Francisco de Sales de las Hijas de la Visitación: “Ellas tendrán el Corazón de Jesús, su esposo crucificado, por su morada y estancia en este mundo” sé que aquí una gran pléyade de monjas han sido almas dadas al Corazón de Jesús. Demos gracias por la experiencia mística de Santa Margarita María. A ella le fue concedido, con un brillo particular pero en una existencia oculta, conocer el poder y la belleza del amor de Cristo. En la adoración eucarística, ella contempló el Corazón traspasado por la salvación del mundo, herido por el pecado de los hombres, pero también como “fuente viva” como lo evidencia la luz que irradia las heridas de su cuerpo resucitado.
​
​
Demos gracias por el encuentro privilegiado de la santa monja con San Claudio La Colombière. El apoyo de este fiel discípulo de San Ignacio permitió a Marguerite-Marie superar sus dudas y discernir la auténtica inspiración de su extraordinaria experiencia. Sus intercambios son un modelo de equilibrio en el asesoramiento espiritual. El padre La Colombiere, en medio de grandes pruebas, recibió el mismo indicaciones esclarecedoras de aquella a quien él aconsejaba. Demos gracias por el gran desarrollo de la adoración eucarística y la comunión que han tomado un nuevo impulso aquí, gracias al culto del Sagrado Corazón favorecido en particular por la Visitación y los Padres Jesuitas, y aprobado enseguida por los Papas. La especial devoción de los primeros viernes del mes dio muchos frutos, tras los urgentes mensajes recibidos por Marguerite-Marie. Y no puedo olvidar que los obispos de Polonia obtuvieron de Clemente XIII el servicio y la Misa del Sagrado Corazón casi un siglo (1765) antes de que la celebración se extendiera a la Iglesia universal (1856). Demos gracias por tantas iniciativas pastorales y fundaciones religiosas que han encontrado aquí una fuente decisiva de inspiración. Con vosotros que me acogéis en esta Capilla de las Apariciones, con las Hermanas de la Visitación, unidas a las otras religiosas contemplativas de la diócesis, con Monseñor Gaidon y los capellanes de los santuarios, invocamos para toda la humanidad, consagrada al Sagrado Corazón por mi predecesor Leo XIII, la gracia inagotable del amor redentor que fluye del Corazón de Jesús.
Resumen de la Carta de San Juan Pablo II sobre el Sagrado Corazon
​
Durante mi peregrinación en 1986 a la tumba de Sta. Margarita María, pedí que, dentro del espíritu de lo que ella trasmitió a la Iglesia, el culto al Sagrado Corazón, fuera fielmente restaurado. Porque es en el Corazón de Cristo que el corazón humano aprende a conocer el verdadero y único significado de su vida y su destino. Es en el corazón de Cristo que el corazón del hombre recibe la capacidad de amar. Santa Margarita aprendió a amar por medio de la cruz. Ella nos revela un mensaje que sigue siendo actual: "hacernos copias viviente de nuestro Esposo Crucificado, expresándolo en nosotros por medio de nuestras acciones. (Enero 1689) Es el amor de Cristo lo que hace al hombre digno de ser amado. El hombre recibió un corazón ávido de amor y capaz de amar. "Tened en vosotros los sentimientos que estuvieron en Cristo Jesús: (Fip 2,5). Todos los relatos evangélicos deben ser releídos en esta perspectiva. El Hijo único de Dios, encarnándose, toma un corazón humano. A lo largo de los anos que pasa en medio de los hombres, "manso y humilde de corazón", revela las riquezas de su vida interior por medio de cada uno de sus gestos, sus miradas, sus palabras, sus silencios. Y he aquí que somos llamados a participar en ese amor y a recibir, por el Espíritu Santo, esta extraordinaria capacidad de amar. Aliento a los pastores, las comunidades religiosas y a todos los que llevan peregrinaciones a Paray-le-Monial para que contribuyan a la extensión del mensaje recibido por Santa Margarita María.