Monasterio Visitacion de Santa Maria - Pasto
Año Jubilar Santa Margarita Maria
Serán 365 días llenos de gracia, en los que las comunidades de Monjas Visitadinas recordaremos la figura de nuestra Santa Hermana Margarita Maria, quién en 1673 recibió las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús en la Basílica del Sagrado Corazón (Paray le Monial), en Francia. Santa Margarita María era toda de Jesús, se había consagrado a su divino Corazón en cuerpo y alma, le había hecho donación de todo su ser y Él, a cambio, la había nombrado heredera universal de todos sus bienes. “Ella era verdadera esposa de Jesús, esposa de sangre, sufriendo con Él por los pecados e ingratitudes que recibía de los pecadores y, especialmente, de las almas consagradas. Ella procuraba consolarlo de las ofensas recibidas, especialmente de las ofensas recibidas en el sacramento de la Eucaristía. (P. Angel Peña)
Cuando Santa Margarita iba a rezar ante Jesús Eucaristía, pedía a los ángeles que adoraran con ella a Jesús. No olvidemos que se había asociado a los serafines para estar unidos para siempre como hermanos. Ella ofrecía a Dios sus sufrimientos, que ellos no podían ofrecer; y ellos ofrecían su adoración a Dios en todo momento en su lugar, como sus representantes perpetuos ante Jesús sacramentado. Por otra parte, procuraba ser un apóstol de la devoción al Corazón de Jesús tal como Él le había indicado. A través de sus cartas, se nota cómo trata de inculcar esta devoción a todos sus conocidos. Promovía, especialmente , la promesa de los nueve primeros viernes que la Iglesia ha aceptado y propagado por el mundo entero como un medio sencillo de salvación. Jesús le había insistido mucho que comulgara los primeros viernes de mes. (P. Angel Peña)
Santa Margarita, practicaba la Hora santa de jueves a viernes cada semana, tal como Jesús le había enseñado, asegurando en la Autobiografía que las mayores gracias las recibía en la sagrada comunión y durante la Hora santa del jueves al viernes136 . En las revelaciones de Jesús vemos también la importancia que Él da a las imágenes del Corazón de Jesús, prometiendo que los lugares donde sean expuestas y honradas serán especialmente bendecidos por Él (...)¡Ojalá que todos seamos apóstoles del Corazón de Jesús y de sus promesas para ser abundantemente bendecidos por Él, como lo ha prometido; pero también para conseguir muchas almas para el cielo! No olvidemos que el Corazón de Jesús es Jesús mismo, presente en la Eucaristía. Allí nos espera con su Corazón esperando nuestra compañía, nuestro consuelo y nuestro amor. (P. Angel Peña)